En el paso de la carretera, como a medio camino del núcleo urbano, nos encontramos este pequeño rincón. Es un lugar que antaño tenía una posición central, ya que muchos bares y comercios se instalaban en el entorno. Sobre todo en la calle que sube hacia la plaza, que era de las principales.
Todavía queda mucho de eso, todavía sigue siendo parada de autobuses y punto de encuentro para jóvenes y mayores en muchas ocasiones. Hay establecimientos hosteleros y de servicios que pueden venirnos muy bien.
El centro de la plazuela lo ocupa un pequeño monumento a la aceituna de castañar, verdadero motor social y económico de la población. Sobre un pedestal circular se ha instalado tres piedras de moler. Son de granito y de forma cilíndrica, sus dimensiones nos dan una idea del trabajo que había detrás de uno de los productos estrella de la población: el aceite de oliva.